Castillo de Tajarja. Granada

 Con las restricciones de movilidad que hay en Andalucia, en las que no podemos salir de la provincia de Granada, nuestras salidas de domingo las estamos dedicando a conocer pueblos de la provincia. Hay muchos lugares cercanos a la capital que son dignos de visitar y que nunca lo habíamos hecho, talvez porque sabes que están ahí y que puedes ir en cualquier momento a verlos.

Este día nuestra primera idea no era ir a Castillo de Tajarja, de hecho ibamos a Lachar, pero cuando llegamos a la entrada del pueblo no nos dejaron entrar por estar cerrado perimentralmente, así que, ya que estábamos en el coche vimos en la carretera el letrero "Castillo de Tajarja" y nos dirigimos allí. No teníamos ni idea de lo que íbamos a encontrarnos, la verdad, aunque nos ganó con ese nombre.

Este pueblo está a unos 30 minutos en coche desde Granada la gran mayoría por autovía y un trozo por carretera nacional muy cómoda de conducir y muy bonita visualmente, llena de verdes campos de cultivos. 

Lo primero que vimos al entrar al pueblo fue este edificio, la casa almenada, que si no me equivoco al interpretar la información que aparece en uno de los arcos de acceso al castillo, esta casa perteneció a los señores del lugar.

Data de 1840 y se encuentra bastante bien conservada.

Seguimos rodeando la Casa Almenada y nos encontramos unos arcos y supimos que esos eran los restos del castillo medieval.

Según se puede leer en la descripción del edificio que está junto a uno de los arcos, disponía de planta trapezoidal, actualmente solo se mantienen en pie los muros, que se encuentran almenados con cinco merlones en cada uno de ellos y en los que se abren las puertas a modo de arcos de herradura ligeramente apuntados.

La Iglesia parroquial Nuestra Señora de la Paz data del siglo XIX. Es una iglesia pequeña y en ella destaca la pila Bautismal donada por el Marqués de Mondéjar en 1.901.

El castillo, la Iglesia Nuestra Señora de la Paz y la Casa Grande, están en una misma placita, así que la visita es muy rápida y sabe a poco.

Ya que estábamos allí decidimos pasear por las afueras del pueblo y el paseo fue realmente precioso.