miércoles, 25 de agosto de 2021

Toledo. Castilla la Mancha. España

 Este verano de 2.021 dudábamos sobre donde ir en nuestras vacaciones, es difícil decidir cuando la tele no para de dar malas noticias respecto al coronavirus, aumento de contagios, ciudades que cierran, toques de queda, pcr, cuarentenas... 

Yo necesitaba salir de mi casa, salir fuera del pueblo e ir a cualquier otra parte, daba igual el destino, cualquier sitio me iba bien, necesitaba otro aire, otra gente, otros olores, otros colores, otros edificios... Este año no lo organizamos todo a última hora, sino a ultimísima, la decisión final, viajar al norte de España y aprovechar para quitarnos unos días del intenso calor granaino. Fue tan a última hora que ibamos sin todos los hoteles, un poco a la aventura. El plan inicial era comer en Toledo y dormir en Burgos, estar un par de días y aprovechar para ver la ciudad y algunos pueblos de los alrededores, aquí si teníamos hotel, el siguiente destino era Bilbao, tres noches también contratadas de antemano y después había varias opciones, ir a Santander, Oviedo, Santiago de Compostela, Salamanca o Segovia o Madrid, Cáceres y ya de vuelta a casa o intentar llegar al sur de Francia pasar allí unos días y vuelta para casa. La idea de ir a Francia poco a poco fue perdiendo peso, aunque nos encontramos muchos coches franceses durante nuestro viaje, no teníamos claro las restricciones que nos impondrían al llegar a Francia ya que no todos llevábamos la pauta completa de vacunación. Ya decidido teníamos que buscar hoteles en nuestros siguientes destinos. En Santander conseguimos encontrar un hotel en las afueras de la ciudad, pero ya en Oviedo, a dos días vista de nuestra visita, no había nada, así que hubo que reorganizar el viaje. De Santander fuimos a León, Salamanca, Cáceres y Granada. Un viaje precioso.

Primera parada, Toledo. No teníamos mucho tiempo para visitar la ciudad, ya que realmente estábamos de paso, la idea era pasear antes de comer, comer, pasear para bajar la comida y salir para Burgos.

Ya por la carretera de acceso la imagen de Toledo no puede ser mas bonita.


Toledo fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1.986 y es conocida como la ciudad de las tres culturas, ya que en ella convivieron pacíficamente durante siglos cristianos, musulmanes y judios.  


 

Visitar el casco histórico de Toledo es volver al medievo. Las calles son estrechas y es una delicia perderte en ellas.


En un "rato" es imposible ver la ciudad al completo, pero si visitamos lo mas representativo y sin duda, nos hubiéramos quedado un día mas allí.


Uno de los edificios más espectaculares es la catedral de Santa María, de estilo gótico. Su construcción comenzó en 1.227 y finalizó en 1.493. 

Esta magestuosa catedral está en la plaza del ayuntamiento donde comparte espacio con el ayuntamiento de Toledo, el palacio Arzobispal y el palacio de justicia.


Ayuntamiento de Toledo






Albergue castillo de San Fernando. En sus orígenes fue un monasterio, posteriormente un alcázar y poco a poco se fue quedando en el olvido. A punto estuvo de ser demolido, hasta que en 1.874 fue declarado Monumento Artístico Nacional, fue restaurado y hoy en día es un albergue y lugar de celebración de cursos y conferencias. 


Desde el albergue castillo puede verse el rio tajo y una panorámica de la ciudad.


Museo del ejercito
















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