Esta es una de las excursiones que no tenía ninguna intención de hacer. La verdad es que siempre que había oído hablar de ella me habían dicho que era preciosa pero que daba mucho vértigo, había mucha altura, las barandillas eran bajas, la pasarela medio suelta... Mi acompañante tenía mucho interés en ir, de hecho el año pasado que pasamos unos días en Málaga pensó en hacerla, pero entre que hacía mucha calor y que estaba a una hora de camino, decidimos dejarlo para otra ocasión.
Este año una necesidad de hacer de "taxistas" nos llevó a Fuengirola y en lugar de pasar el día en la playa mi acompañante sacó entradas para hacer el caminito del rey. Cuando me enteré de esto me eché a temblar, la verdad que tenía mucho miedo a esta ruta y la cosa no mejoró cuando lo comenté con mi circulo cercano que lejos de animarme me dejaron frases del porte "que locura!, "hay puentes colgantes", "hay tirolinas"... ya de guasa empezaron a decirme que me iban a dar neoprenos para bucear (eso ya no me lo creí).
Otra de las cosas que también había oído comentar es que no había baños en un recorrido de unas 3-4 horas, no podía parar de pensar en que hace la gente si tiene necesidad de ir a hacer pipi en medio del recorrido, porque "en 4 horas es bastante fácil que tengas ganas".
Llegó el día y los nervios se apoderaron de mí, pensé incluso en perder la entrada, realmente me daba igual, prefería eso a pasar un mal rato.
Llegamos a Fuengirola, dejamos a los acompañantes allí y salimos camino de Ardales, directos al caminito del rey.
La carretera es muy cómoda y no tiene mucho tráfico, así que fue un viaje tranquilo.
Habíamos reservado el parking, al comprar las entradas daba la opción de comprar el parking o hacerlo in-situ pero aparecía la frase "si hay disponibilidad", así que, como íbamos a ir en coche, nos aseguramos sitio. En las instrucciones aparecen 3 zonas de aparcamiento, una a la entrada del caminito, otra a la salida y otra en medio de los dos. La idea era aparcar en la entrada, hacer el caminito, salir por la salida y allí subirnos en el bus lanzadera que durante todo el día va llevando gente del final del recorrido a las tres zonas de aparcamiento.
Llegamos al parking del principio del recorrido y cual es nuestra sorpresa que este parking no es el que habíamos pagado, este es municipal, el único que es del caminito es el que está en mitad del recorrido, uno enorme que se ve cuando vas camino de la entrada. Ibamos un poco justos de tiempo, así que preferimos pagar otra vez el aparcamiento, total eran solo 2€ y así asegurarnos llegar a tiempo. Justo al lado hay un restaurante, se puede comer en él aunque no hay bocadillos ni comida para llevar. Usamos en baño por miedo a no encontrar otro en varias horas.
Fuimos camino de la entrada, habíamos leído que en este tramo, hasta donde te dan los cascos de protección, se tardaba unos 20-30 minutos, realmente no es tanto, se tardará unos 10-15 minutos. Llegas a la zona taquillas y allí hay otra zona de baños y unas máquinas con bebitas, patatillas, caramelos y esas cosillas.
No tuvimos que esperar a nuestra hora, van saliendo grupos continuamente y al enseñar tu entrada te acomodan en el grupo que va a salir.
Lo primero que te dan es un casco y te explican que como vas por el monte puede haber alguna caída de chinillos y solo es por precaución. Te hacen grupos y vas con tu guía. En nuestro caso el guía fue estupendo, nos fue contando anécdotas, como se construyó, tópicos del caminito, nos fue enseñando y explicando la flora y la fauna... fueron 2 horas de recorrido alucinantes, el paisaje maravilloso, los puentes están muy bien sujetos a la roca y no se mueven, vas a cierta altura en algunos tramos pero no llegas a sentir vértigo.
Fue una experiencia maravillosa.
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