Llevábamos desde la pandemia sin subirnos a un avión. En 2020 por razones obvias. En 2021 decidimos viajar por España en nuestro coche, así si había algún contratiempo podríamos volver muy rápido. En 2022 fuimos a Portugal en nuestro coche porque solo teníamos 10 días, salir de un trabajo y entrar en otro no daba mucho margen, así que decidimos ir al país vecino, disfrutar a nuestro aire de él y volvernos sin el miedo a apurar mucho y quedarnos sin plaza en un avión, por ir lleno o una huelga inesperada, cosas que no puedes controlar y que podrían suponer un problema a la vuelta. Este 2023 estábamos decididos a subir al avión y para ello barajamos varias opciones, sur de Francia a la ruta de los castillos del Cátaros, Bulgaria, Holanda o Bélgica. Estuvimos en duda mucho tiempo y finalmente ganó Francia porque encontramos una superoferta para el avión, unos precios tan buenos que no pudimos dejar escapar, así que vacaciones y buenos precios, al menos al principio, ¿que mas se podía pedir?.
Salimos de Sevilla con destino a Toulouse y allí recogimos nuestro coche de alquiler. El aeropuerto de la ciudad está muy cerca, nuestro hotel a unos 15 minutos, así que en nada llegamos, hicimos el chek in y nos fuimos a pasear por Toulouse.
Lo primero que nos llamó la atención fue el fresquito que hacía, se agradecía un montón, cualquier temperatura inferior a los 44ºC de Granada era una alegría y dormir con las ventanas cerradas fue maravilloso.
Paseamos por los canales y llegamos hasta la plaza del Capitolio, que está lleno de bares y allí cenamos.
A la mañana siguiente nos levantamos temprano, desayunamos y salimos a seguir disfrutando de la ciudad.
Aparcar en Toulouse no es tarea fácil, y menos en el centro. Lo mejor es usar el transporte público o si se va en coche, meterlo en un parking y seguir caminando.
Primera parada la Basílica de Saint Sernin.
La basílica de San Sernín es una de las edificaciones religiosas mas impresionantes que hay en Toulouse, de hecho es la iglesia romántica mas grande de Occitania y la segunda mas antigua del país.
Es de estilo romántico, data del siglo XII y fue construida sobre la tumba de San Sernín.
La entrada es gratuita.
Seguimos nuestro paseo por las calles de Toulouse, calles maravillosas llenas de gente.
Llegamos a la plaza del Capitolio y decidimos entrar al Capitolio donde está la Sala de los Ilustres.
Había una gran cola para entrar, pero no era mas que el control de las bolsas, se ve que se atascó en un momento dado y se formó la cola, pero de pronto se desbloqueó y todo fluyó sin mas problema.
La fachada del Capitolio es de ladrillo y piedra caliza y está decorado con esculturas y relieves que representan a personajes históricos y mitólogicos.
Este edificio tal y como lo conocemos ahora data del siglo XVIII, pero se construyó sobre otro de 1.190. Consta de tres partes principales, el ayuntamiento, la ópera y la sala de los Ilustres, esta es la única parte visitable.
Pasado el control de seguridad se accede a un pequeño patio donde estaca la estatua de Enrique VI en mármol negro presidiendo la puerta.
Primero se sube por unas escaleras de mármol donde destaca este fabuloso fresco, es impresionante.
Y después se llega una gran sala conectadas con otras salas donde las pinturas, la decoración, las estatuas, los frescos, son realmente una maravilla, no hay un rincón que mires que no sea maravilloso.
La entrada es gratuita y la visita casi obligada.
Después de salir de aquí seguimos caminando hacia el convento des Jacobins.
El convento de los Jacobinos es un importante edificio en la ciudad de Toulouse considerada una de las grandes obras del gótico del sur de Francia.
Está hecho de ladrillo y las obras se prolongaron durante dos siglos, XIII y XIV.

La "palmera" es el elemento más impactante de esta iglesia, que es una bóveda en forma de palmera.
Las vidrieras y columnas también llaman la atención por su tamaño y su belleza.
Toda esta parte se puede visitar de manera gratuita.



Para visitar el claustro hay que pagar, no es mucho, 5 euros, y los jóvenes estudiantes entran gratis.
El claustro es muy bonito y está muy bien cuidado

Es interesante ver como cada grupo de dos columnas tiene un capitel diferente.
Desde el claustro se accede a la sala capitular, con sus grandes ventanales. Una de las partes mas bonitas del convento.
El refectorio es una gran sala, que actualmente acoge una exposición sobre la ópera.

Desde el claustro se ve la torre de la iglesia, una torre de 45 metros de altura.
Una vez que salimos de aquí decidimos ir a comer, la idea era ir hacia el rio Garona y buscar allí algún sitio, nos daba igual el tipo de comida, solo queríamos que estuviera abierto y hubiera sitio. Nunca nos acordamos que por Europa se come bastante antes que en España, así que, aunque algunos sitios ya estaban cerrando o a punto de hacerlo, otros aun servían comidas y aprovechamos.
Muy cerca de donde comimos estaba la iglesia de la Daurade.

La iglesia de la Daurade está a orillas del rio Garona. Data del siglo XIX, aunque se construyó sobre un templo del siglo V.
Se cree que el nombre de Daurade ( La Dorada) es por el color dorado de los mosaicos que adornaban el antiguo templo.

En su interior está la Virgen Negra, a la que las mujeres le tienen gran devoción ya que es un símbolo de fertilidad y da amparo a las mujeres embarazadas, que acuden a ella buscando un parto fácil y salud para sus vástagos.

La entrada a la Iglesia se hace desde un lateral, al menos el día y a la hora que nosotros la visitamos. Es fácil pasársela porque parece un edificio normal.
La entrada es gratuita.
Y seguimos caminando hacia la noria.
A la orilla del Garona, frente a la plaza de la Daurade, está la noria de Toulouse. Es una noria normal, de las que puedes encontrarte en la feria.
Puedes subirte a ella y así ver una panorámica de la ciudad desde lo mas alto.
A los pies de la noria hay un bar y se pueden alquilar barcas a motor para navegar a tu aire por el Garona.

De noche se ilumina, dándole un aspecto diferente.
La entrada cuesta 5€ y da cuatro vueltas.
Nos subimos en una barca y estuvimos paseando por el rio Garona durante una hora.
Tras esto, ya íbamos un poco cansados, pero aun nos quedaban fuerzas para visitar la catedral de Saint-Etienne, así que fuimos a su encuentro.
Catedrale Saint- Etienne o Catedral de Toulouse, tiene en su arquitectura con una variedad de estilos que denotan una construcción en varios periodos.
No se sabe cual fue su origen con exactitud, parece ser que la construcción comenzó en el siglo V, aunque el edificio actual fue construido principalmente en el siglo XIII.
Después de esto fuimos al hotel a refrescarnos y descansar un rato antes de salir a cenar.
Cuando salimos a cenar llegó una gran tormenta con mucho aire, rayos y truenos, nunca había visto nada igual. El aire se llevaba las sillas de los bares, contenedores, ramas de arboles,... vaya, todo lo que no estuviera anclado al suelo y una lluvia a manta increible. No pudimos ni bajarnos del coche, así que, comida rápida y a descansar.
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